Nuestro jardín resurge, las primeras flores y hojas del almendro ya están brotando. Sembramos semillas y observamos cómo crecen. Los niños acogen y comprenden, poco a poco, los secretos de la naturaleza. Ese día, la luz se va abriendo paso poquito a poco en el aula, hasta llegar al despertar, hasta que entra la primavera.
Tres grandes protagonistas dentro del tiempo de pascua:
Jardincillos de Pascua: Sembramos semillas de césped en pequeñas macetitas. Ver su crecimiento es un proceso muy rápido que simboliza la vida que nace.
Liebre de Pascua: Imagen altruista. La liebre suele ser, en los cuentos y leyendas, un animal que se sacrifica, que se pone en el lugar de los otros. Es la imagen del no egoísmo. Representa el amor desinteresado. Es vegetariana, con un oído fino, corre rápido para escapar de los muchos peligros que se encuentra, duerme por allí y por allá, no tiene morada… Es una imagen del habitante del mundo.
Huevo de Pascua: Dentro tiene un germen de vida nueva. El huevo es el comienzo de lo nuevo. Representa lo eterno, lo inmortal del ser humano. Pero este huevo no llega sólo lo trae la verdadera Liebre de Pascua, que hemos podido ver cómo nos visitaba.
LA LIEBRE DE PASCUA
“Muy lejos en su tranquila morada
Está la liebre de Pascua sentada.
Mirando, mirando a ver
Donde los huevos va a esconder.
Pronto encuentra un cuenquecito
De un niño muy chiquito.
De prisa pone huevos de su cesta
Para celebrar esta bonita fiesta”