Cincuenta días después del Domingo de Pascua es Pentecostés y en las escuelas Waldorf por esa época se celebra la fiesta de La Paloma.
En el aula están apareciendo palomitas blancas a la hora del cuento y poco a poco van a ir bajando de la corona de la mesa de estación los huevos de pascua de los niños.
Es época de observar la tierra y pasear por el campo.
En el aula están apareciendo palomitas blancas a la hora del cuento y poco a poco van a ir bajando de la corona de la mesa de estación los huevos de pascua de los niños.
Es época de observar la tierra y pasear por el campo.
La paloma blanca representa la paz y en la fiesta se celebra el sentimiento de comunidad.
Celebramos el estar todos unidos, más que nunca en un año en el que nuestra escuelita puede dar un gran impulso y tenemos que unir esfuerzos y energías.
Todos tenemos algo que aportar y todos servimos de apoyo. Destacamos el valor de crear algo con un poquito de cada uno de nosotros y donde todos esos poquitos, esas pequeñas aportaciones, son igual de importantes.
También es una fiesta de comprensión donde los niños sienten nuestro esfuerzo interior. Ayer, Madreselva, brilló con el blanco de los atuendos, con la delicadeza de lavar las manitas de todos entre hierba fresca, con los manjares preparados por las familias. Brilló con la ilusión de cada niño al recoger sus palomitas de papel que no dejaban de volar y unas preciosas margaritas cuidadosamente entregadas por las maestras.
Espontáneamente los niños deleitaron a las familias con un cuento improvisado, con muchas risas y con un enorme cariño con el que todos nos fuimos emocionados celebrando un día precioso.